domingo, 27 de noviembre de 2011

Vamos a darle la vuelta al mundo

Reporta Milady, con fecha de envío 18nov2011, desde Tapachula, México.
Para Familia Vikoca. Para que no se quede el reporte perdido entre los mil e-mails.


Entré a una de las bibliotecas de Tapachula, Chiapas y me secuestraron los libros. Encontré Seda, de Alessandro Baricco, una novela corta que siempre había querido leer y que nunca tuve a la mano. 125 páginas. La leí completa!! Me emocionó la historia de Hervé Joncour, un viajero francés que va cada tanto a Japón a comprar gusanos de seda. En la página 115, Baricco cuenta que al final de su vida, Hervé Joncour, "con su mujer Héléne, tomó la costumbre de realizar cada año un pequeño viaje. Vieron Nápoles, Roma, Madrid, Munich, Londres. Un año llegaron hasta Praga, donde todo parecía teatro. Viajaban sin fechas y sin programas. Todo les sorprendía; en secreto, incluso su propia felicidad. Cuando sentían nostalgia del silencio, volvían a Lavilledieu (el pueblito francés donde tenían sus hilanderías).


Una hora antes de empezar a leer Seda, leí fragmentos de los Ensayos de Montaigne. Siempre me gusta releerlos porque me hacen feliz sus palabras sabias. Me gustó esto: "Debe viajarse para conocer el espíritu y costumbres de los países que se recorren y para flotar y limar nuestro cerebro con el de los demás. Yo quisiera que los viajes empezaran desde la infancia, y en primer término, para matar así de un tiro dos pájaros, por las naciones vecinas en donde la lengua difiera de la nuestra y si no se aprende desde niño no se aprende a pronunciar bien"... Bueno, bien lo dijo Montaigne que fue obligado por su padre a aprender latín y que hasta los cinco años -creo- no aprendió su lengua materna -francés- porque su padre no quería que lo corrompieran. De hecho, su papá y su mamá y los sirvientes tuvieron que aprender latín para que el buen Montaigne tuviera puro su latín y, encima, aprendiera griego por los laditos.


En cuanto a "vamos a darle la vuelta al mundo", celebro los mil gramis que le dieron ayer a Calle 13 ¡¡Qué viva Residente papasito!!


Saludos bibliomexicanos y hoy me tomo un tequila por la familia Vikoca trip y, por supuesto, por Bebé y mamá-vivis.


Milady

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