jueves, 10 de noviembre de 2011

La vida en un día

Queridas hermanas, siempre recordado menorcito de la casa, anhelado Bebé y… bueno, está bien, Camilo,

Llevo varios días posponiendo el momento de sentarme a escribirles una carta a la espera de que algo emocionante, bonito o “especial” me pasara. Pero no me pasa nada y al mismo, tiempo, ustedes bien lo saben, mi cabeza y mi espíritu se despiertan cada día a la aventura de una nueva revolución interior. Todo el tiempo en movimiento. Sin embargo, nada noticioso para registrar. Entonces vengo a escribirles sobre eso, o mejor a invitarlos a cine para que veamos una película sobre eso. ¿Yo para qué me pongo a echar discursos sobre asuntos que otros, más inteligentes y con mejores palabras o imágenes que yo, ya le han mostrado al mundo de maneras conmovedoras?

Se trata de “La vida en un día”, un documental de Kevin Macdonald, en el que el muchacho este recolectó videos caseros de personas en más de 190 países en los que sus protagonistas responden a preguntas simples como “¿Qué tienes ahora en tus bolsillos?” mientras enseñan imágenes de la cotidianidad de su sábado 24 de Julio de 2010, el perro desperezándose, los huevos al desayuno, el baño forzado para los niños. 

Pero si ustedes creen que a miles de personas les pasa lo mismo al mismo tiempo (cero acción y drama, como a mí) están en lo cierto y están terriblemente equivocados. En la misma peli, el mismo día, un gay le confiesa a su abuelita su amor por otro hombre, un Coreano que lleva nueve años viajando en bicicleta alrededor del mundo se corta el pelo, 21 personas mueren en una oleada de pánico en el Love Parade.



Como en mi día a día no ocurre nada digno de ser registrado en una misiva para sus mercedes. Les contaré, al menos, cómo llegué a esta peli. Mi compañera de trabajo en In Season, la tienda de sánduches, se ofreció a leer mi carta astral y ¡Adivinen qué! No descubrimos nada que no supiéramos: Soy Aries con ascendente Sagitario y Luna en Leo o viceversa, ya se me olvidó. Eso, en resumidas cuentas, quiere decir que “el movimiento me rige”. ¡Clarísimo! ¿No? Y, que soy una persona con mucha vitalidad, energía y entusiasmo pero sin disciplina ni perseverancia. Y que por eso es que se me ocurren mil proyectos y tengo mil ideas pero no concreto ni mierrrr…

Entonces, para corregir esa marca astral, volví a mi casa decidida a terminar la costura que empecé hace dos meses, a tejerle unos escarpines a Frijolais, a enviar cartas y fotos a mi familia, a meditar, a pegar el botón que se le cayó al abrigo que Vivi me regaló de cumpleaños, a comprar un bombillo para la lamparita rosada que vive en las tinieblas, a poner al día mi diario de sueños y a comprarle pilas a la farola de la bici.

Cuatro horas después estoy aquí escribiéndoles sobre una película que acabo de ver. ¿Cuántos de los pequeños objetivos que acabo de plantear creen que llevé a cabo?
Mi mamá recomienda agüita de cedrón para la concentración. Pero ojo a lo que dice Wikipedia sobre el cedrón: Arbusto muy aromático originario de América del Sur. El desarrollo de la planta requiere un clima soleado y húmedo. Florece a finales de la primavera. El momento adecuado para la recolección de las hojas es a finales del verano. ¿Qué tal ah? Entonces, deliberadamente, reemplacé el cedrón por té verde con trocitos de naranja que son súper ricos de morder. El problema es que me pongo a jugar con ellos, a morder cada uno de una forma diferente, y hasta ahí me llega la concentración.

Véanse la película, tómense el té o la aromática que quieran y ya. 

Mi abrazo disperso para las tres cocinas.

¡Ah! La peli ACÁ.

Juli

3 comentarios:

  1. Excelente plan para este viernes festivo en Bélgica

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  2. En un día muchos bebés nacieron y yo que estoy ultrasensible, lagrimeo...

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  3. ¡Sí! Yo también lagrimié en esa parte y me reí en la que la cámara se desmaya en medio del parto.

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